jueves, 19 de noviembre de 2009

Sin armadura





Hoy te vistes sólo para mí, con el alma desnuda
Vístete de risa y desenfado, de aceptación
Una gorra de libertad y amor sin reparo
no te vendría mal, ponte aquel suéter impúber
Lleno de inocencia y frescura, la chaqueta de
la importancia de la confianza no la olvides
Porque puedes pescar un resfriado de duda
Que dañe esta salida de ropas nuevas
Vístete para mi, tu que te has vestido para tantas
Vístete desnudo, a carne viva sin miedo y expuesto
Hoy no me temas, que desnuda también estaré para ti

1 comentario:

Dani Serrano dijo...

En ocasiones es más fácil desnudarse que vestirse para alguien...

Genial visión contradictoria.
Saludos y felicidades por el blog.