domingo, 24 de agosto de 2008

El Ser Racional

El ser humano como "ser racional" es un concepto filosófico que se origina en la historia de la filosofía con Aristóteles, en su definición del ser después en el siglo XVII Descartes continua con las primigenias definiciones del racionalismo y su división entre el cuerpo y el alma, dividiendo al sujeto entre "res extensa" cuerpo y "res cogitans" alma o sustancia pensante. Nietzsche introdujo una ruptura con esta tradición de pensamiento y sostuvo que existe mayor conocimiento y eficacia en los instintos y en la voluntad de poder, para el, el predominio de lo racional en el ser humano responde a un estado de decadencia o descomposición de los valores fundamentales de la vida.Después vino el psicoanálisis, escindiendo el predominio de la razón, argumentando que todo lo que hacemos y decimos tiene raíces en el inconciente .Para todo desconocido aun hoy. Es decir pensamos y seguimos existiendo lo que nos conlleva a constantes y severas dudas y nuestra “racionalidad” nos asevera que difícilmente serán satisfechas. En ese punto estamos y parece que permaneceremos, así que cualquier estadio dentro del estadio será puramente especulativo y como la especulación es libre especulemos: ¿que significa ser racional?Sabemos que no puede significar estar en lo cierto. Muchas veces las personas son racionales pero llegan a conclusiones equivocadas. A menudo dos personas racionales llegan a conclusiones opuestas, siendo imposible que ambas sean correctas. Ser racional, por tanto, no significa alcanzar la verdad por antonomasia. Sabemos además que ser racional va más allá de ser lógico. Las mujeres somos por naturaleza intuitivas respondemos a las leyes de lo que se siente y que no puede ser explicado por deducciones o inferencias lógicas, motivo por el que no pocas veces hemos sido consideradas locas, hechiceras etc. Sin embargo todos nos hemos encontrado con personas de ambos sexos que consideramos irracionales incluso cuando obedecen cuidadosamente las leyes de la lógica. Por sí sólo, podríamos especular que ser lógico o no, no es suficiente para hablar de comportamiento racional. Sabemos que ser racional difiere de ser dogmático. Incluye reconocer la posibilidad de estar equivocado y también el estar dispuesto a evaluar tal posibilidad comprobando las afirmaciones hechas una y otra vez independientemente de en que siglo hayan sido hechas tales aseveraciones y cuanto o no se crea en ellas. Bien entonces qué es ¿ser racional? El diccionario nos dice que comportarse así es "realizar inferencias lógicamente a partir de hechos conocidos o asumidos".Porque si tomamos esto como nuestra definición, "comportarse racionalmente" nos lleva a conclusiones veraces y precisas sólo cuando los "hechos conocidos o asumidos" sean ciertos y constituyan una base suficientemente amplia, y cuando los comprendamos suficientemente de manera que no introduzcamos errores cuando los usemos para producir inferencias lógicamente. Como consecuencia, con esta definición de racionalidad se satisfacen las tres condiciones anteriores. (1) Podemos obtener inferencias incorrectas incluso siendo racionales. Por ejemplo: las cosas que pensamos que son ciertas pueden ser falsas conduciéndonos a inferencias incorrectas. O podemos realizar inferencias correctas lógicamente, pero partiendo de unos hechos verídicos pero mal comprendidos.(2) Aumentar el grado de "racionalidad" corresponde a una mayor preocupación en comprobar los hechos relevantes y en ser muy cuidadoso al extraer de ellos inferencias lógicas para poder, incrementar la probabilidad que nuestras inferencias sean ciertas. (3)Ser lógico no es suficiente para hacerle a uno racional porque una buena lógica aplicada a información incorrecta o incompleta sólo proporcionará inferencias falsas o veraces accidentalmente. De acuerdo con esta definición, resulta que la gente se comporta racionalmente, por lo menos hasta cierto punto, casi todo el tiempo. Después de todo, en casi todo lo que hacemos "derivamos inferencias lógicamente a partir de hechos conocidos o asumidos". A pesar del hecho que, al menos en un cierto grado, la gente normalmente usa su racionalidad, los errores son frecuentes. Es más, que los prejuicios, o que los miedos ahoguen nuestra capacidad para la lógica, y nuestro sano juicio también son comunes. Cuando nos comportamos racionalmente, contrariamente a lo que implica la definición del diccionario, no siempre procedemos de los hechos a las inferencias pasando por la lógica. Sucede que a menudo llegamos primero a las inferencias y sólo entonces tratamos de validarlas con los hechos y la lógica. Por ejemplo, podemos tener un presentimiento, una intuición, o partir de una conjetura. Podemos usar una analogía para establecer una hipótesis. Pero sucede que a menudo ya tenemos formada una opinión sobre el mundo - una hipótesis - y sólo entonces nos preocupamos de si podemos encontrar hechos a partir de los cuales poder usar la lógica para inferir la veracidad de la afirmación que ya creemos como cierta. Para el primer paso, el proceso no es tal cómo lo describe la definición del diccionario: presentimientos, analogías, conjeturas, poéticos vuelos de la fantasía, momentos de inspiración, incluso elección al azar de conceptos o nociones.
Ello obliga a presentar posiciones disímiles frente a un problema común en ejercicio del ser racional: en la mayoría de las ocasiones ocurrirá que en cada caso pueden ocurrir diferentes tipos de confrontación de “razones”. Partidarios y detractores de cualquier hipótesis en cuestión pueden vociferarse irracionalmente sus preferencias los unos a los otros, sin recurrir para nada a la evidencia y a la inferencia lógica, sin que nadie nunca cambie de pensar, nadie aprenda nada, produciéndose fricciones y tensiones múltiples. De hecho, incluso si una parte de las dos que debaten se desplaza hacia una postura más racional no se producirá ningún progreso sin que ambas partes abandonen las posturas dogmáticas. Sin embargo, hay más de una manera de ser racional. Por ejemplo, cada parte podría argumentar a favor de su posición basándose en una teoría predilecta, haciendo notar que la teoría sostiene sus afirmaciones. Entonces el debate da un paso atrás. ¿Por qué tendría cualquiera de las dos partes creer la teoría de la otra parte? De esta manera se vuelve casi siempre al debate airado e irracional. Otra posibilidad es que cada lado, guiado, naturalmente, por su propia teoría, presente una extensa argumentación con hechos, suposiciones y inferencias lógicas delineadas claramente. Entonces es posible un debate real. Habremos conseguido ir más allá de planteamientos dogmáticos y de una discordia presidida por una racionalidad demasiado limitada para aceptarse de planola necesidad de una tercera vertiente no menos racional pero si conciliatoria . Indudablemente la costumbre indica qué procedimientos altamente racionales auguran la posibilidad de un progreso, y qué procedimientos irracionales o débilmente racionales no. Si estamos de acuerdo en eso, el progreso tendría que ser posible, independientemente de si se tiene razón o no .Lo cual probablemente no aclare la duda del ser racional pero ayudaría a la humanidad .¿o no?.

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