miércoles, 9 de septiembre de 2009

Mar Adentro



Si dócilmente recorriera tus costas,
si mansamente sintiera tus extremos sobre mi piel,

mis labios, tu boca, nuestro aliento
entrelazando nuestras manos como sisellas
allá donde la explosión ahonda,
cabalgáramos en la mar
de tus rompientes,
percibirías
un murmullo de espuma
de reverberaciones ,
de estrella sin albor,
como fuego helado,
como fogata húmeda
que alumbra, y calienta
como aguacero con murmullo
a cascada que me moja
y calienta a la vez,
te enterarías, de esta,
sirena de tu costa
voz muda con su jadeo
de gaviota enamorada
que te pretendo.

Si sintiera en mí la lluvia
de tus océanos, la espuma de tu puerto,
la fuerza de tus olas
incitando los costados de mi cuerpo
en medio de los mares,
descendería a la sal de tu esencia
mar adentro, a la deriva.

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