TIEMPOS DE CAMBIO
Por Beatriz Bejarano
El cambio es lo único seguro que se nos presenta a lo largo de este camino que llamamos vida, nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, inevitables son los cambios. Miedo al cambio
Existe una palabra que los sabios siempre pronunciaban con tono casi reverencial. Esta sencilla palabra parecía tener para ellos un profundo significado y salpicaba su charla cotidiana. La palabra es pasión, y se trata de un término que debes tener siempre en primer plano mental en tu misión de alcanzar tus objetivos. Un ardiente sentido de la pasión es lo que mejor puede propulsar tus sueños.
Cuando uno comienza a darse cuenta de su situación de vida y a resistirse a las cosas que no ve bien, es cuando el cambio acecha, y siempre que algo que no conocemos se asoma a nuestra vida, el miedo aparece. La mente está ligada a lo conocido, ella solo te puede dar respuestas de lo que ha vivido, de lo que ha experimentado. Cuando en tu vida aparece un cambio, debes estar preparado para adaptarte a él, de lo contrario, la incertidumbre puede provocarte mal estar interior y eso se verá reflejado en cualquier ámbito de tu vida cotidiana.
Muchos de nosotros, cuando vamos a tomar una decisión, por pequeña que sea, nos vemos paralizados durante un momento, la equivocación nos provoca pánico. Hay dos tipos de cambios que podemos experimentar: los provocados y los no provocados.
Cuando en nuestra vida aparece un cambio no provocado (por ejemplo una ruptura amistosa, de amor o de trabajo inesperada) no tenemos más remedio que adaptarnos, no hacerlo genera inconsciencia en nuestros actos a nivel individual y colectivo. Hay veces que estamos tan apegados a esa situación que asimilar el cambio es muy difícil, nuestra realidad está tan identificada con eso que acabamos de "perder" que no somos capaces de asimilarlo y es cuando nacen las resistencias y toda resistencia a algo que es inevitable, como en este caso un cambio en nuestra vida, nos provoca dolor. Hay cosas que no se pueden evitar, debemos aceptarlas y saber que la vida es dinámica, nosotros en nuestro esfuerzo de tener todo controlado y crear un mundo seguro, creamos una realidad en la que un cambio se interpreta como algo malo y no siempre es así. La vida se vive tal cual viene, ella no espera a que estés preparado para el cambio no provocado, eres tú el que debes ir preparándote. Abraza al cambio inesperado y aprende de él, eso te ayudará a no sufrir cuando llegue lo inevitable.
Pero para lo que uno también debe estar preparado y no tener miedo es para el cambio provocado, el cambio que hace que evoluciones, que aprendas mediante tus actos, que te dirijas hacia tu camino, el cambio que tú has elegido por iniciativa propia. Individualmente, cada uno intenta tener dominio sobre todo paso que da, por eso cuando pisamos sobre un suelo que no conocemos, existe el riesgo de resbalarnos. Pero en vez de evitar el paso para no tropezarnos, tenemos que darlo, porque con el tropiezo llega la caída y aprender a levantarse es algo productivo, además, eso hará que cuando pises suelo desconocido estés preparado y así evitar el tropiezo. Debes estar seguro de ti mismo, de tus movimientos y saber que cuando tú "yo interior" te pide algo, escucharle es lo más importante.
Debido a la realidad en la que vivimos, en la cual el dinero y el bienestar son la base de nuestra existencia, el desapego a cualquier estabilidad material provoca incertidumbre. Muchos preferimos la comodidad y la seguridad que tenemos, evitamos una sonrisa por el miedo a equivocarnos. El vivir de una forma estática no nos dará la felicidad, no nos aportará la plenitud que tanto anhelamos. Es como cuando salimos de viaje y vivimos libres durante unos días, nos sentimos conectados con nosotros mismos y con el entorno, nos despegamos de la realidad estática que nos hemos creado. Es la sensación que provoca el estar en constante movimiento, sin cadenas que nos impidan avanzar y ser conscientes de cada paso que damos. Cuando uno, por miedo a tropezarse se queda quieto y no se aventura al camino, jamás sabrá que es lo que realmente es capaz de hacer y estará conectado a la vía de la incertidumbre constantemente. No será dueño de su destino y uno para caminar por el sendero de su verdad debe estar dispuesto a tropezarse las veces que haga falta. No tengas miedo a perder algo, la perdida es parte de la vida, no todo está aquí para siempre. Perderás amistades, amores, trabajos, familiares, situaciones que te sientan bien lo quieras o no. Pero debes sobre todo aprender a coger lo que te hace bien y dejar lo que no quieres, cuando algo necesite un cambio aunque te de miedo, debes provocarlo. Quedarte en esa situación te impedirá avanzar y como ser humano, en tu naturaleza, llevas escrito la palabra evolución.
Todos los miedos provienen de nuestra mente, es fundamental identificarlos y saber que la realidad en la que vivimos no tiene porque ser la adecuada. Aventurarte a un cambio, aunque eso haga que te equivoques, es productivo. Recuerda que cada día es diferente, es parte del significado de estar vivo, cuando algo no esté bien cámbialo, muévete y encuéntrate, tu yo interior necesita estar en constante cambio para encontrar una estabilidad, deja de lado los miedos y abraza los cambios, la equivocación es parte del camino. Haz de tu vida una aventura y recuerda que el único protagonista eres tú.
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