domingo, 24 de mayo de 2009

Para una hija inexistente

Vagabunda errante,
buscando deliriums tremens en esta abstinencia de animo,
no siento, no camino, creo que levito, no estoy,
solo un dolorcito que se expande y se contrae a su antojo,
sin poder evitarlo, sístole y diástole,
basta de agonías inventadas, hipocondríaca de animo,
y yo juro que es verdad, aquí está, ¡miren! duele,
no me deja respirar, creo que se ubica en mi vientre,
creo que es una hija que nunca tuve, o a lo mejor si, ¿será?
Y a donde busque, mire, escuche o te piense,
ahí no estas, sólo ese dolor sórdido,
materno inexistente, inventado,
quiero volver a ser lo que antes fui…

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