Ante tus ojos cuchillos, deseo del
alma
Que me llenan de dudas sin soberanía
Arrinconada sin tierra, más allá
del mar
Correr, mirarte al pedirte más, irme en ti
Si el tiempo volviera, e invierno
estuviera
Repetiría el frio enfermo soberbio y triste
Que me llevó hasta al final del
abismo,
Volvería a vivir cada instante
falaz, feliz
De la triste ruina que me
acompañaba
Para reconstruir los escombros de
este ser
Desde el piso majestuoso de
cristal límpido
Las columnas desgastadas, ya forradas
de acero
El estima pisoteado, el amor
maltrecho, la fe
Renazco en reconocimiento, me reconozco
Acaricio mi divinidad, la
sostengo en mi alma
Conozco mi debilidad, la asumo y
me alejo de ti
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