Todos tenemos sueños, un sueño, el sueño
Procuremos estar despiertos; nos
dicen
Para no divagar, distraernos
en desaciertos
Pero me rondan y crecen
latentes en ciernes
Estos ensueños míos, que me abstraen para vivir
Cada noche tercos brillan, hasta el amanecer
En él, me recreo en
la tierra, abono y siembra
Sin confines, es una
heredad brillante y fértil
Sin dueños, sin yermo ni
testaferros, burocracia
Allí la verdad es la savia del pueblo, pobre alegre
Los ojos de los niños chispean, sus bocas sonríen
Sus estómagos colmados de alimento, y existencia
Los patios destilan luz, y
las flores estallan aromas
Es una tierra erguida, en una conmoción nueva
La educación es verdad, y libertad es el arte de la vida
Recrear, creando todos somos niños siempre, eternos
El lugar de mi sueño es un campo en la utopía
Sembrado de girasoles y cerezas, el agua fluye
Y todos somos dueños de nuestra consciencia
Somos artesanos y
artistas de la intuición
Es un lugar sin dioses donde Dios es el alma, tuya
mía y de todos los seres luz, de ojos ventana de espejo
De los gestos suaves y dócil de mano siempre abierta
No hay miedos, y el agradecimiento todo lo invade
Donde los sudores no son castigos, sino placer
De nuestras frentes en alto, de nuestro pan
Qué vinimos a crear y
compartir en el camino
Y este sueño cada vez más vivo y largo cada noche,
Me da ultimátum de quedarse al amanecer
y acompañarnos los días hasta reverdecer
Algún día
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