martes, 13 de enero de 2015

Perder...para encontrarse


Hubo un momento 
en que perdió las huellas. 
Perdió todo lo que llevaba 
anclado a su espalda, 
los viejos paradigmas, 
las formas, 
las máscaras, 
la vergüenza, 
la culpa, 
los disfraces 
y la gramática. 

Perdió las horas y el reloj, 
el calendario y las esperas, 
los anhelos y las certezas.
Perdió todo aquello que fue, 
todo lo que inútilmente esperó, 
todo lo que anheló y caminó 
y todo lo que se quedó en el arcén. 

Y así, perdiéndolo todo, 
también perdió el miedo, 
el miedo a los juicios 
y a los feroces autojuicios, 
el miedo a la muerte 
y el miedo a la vida, 
el miedo a perderse, 
el miedo a perder... 

Y desnuda de todo, 
desprendida de su vieja piel, 
encontró un corazón 
sucediéndose a sí mismo, 
retumbando cada poro de su ser, 
un tambor profundo 
de barro, estrellas y raíces 
resonando desde dentro 
con voz de anciana-niña, 
que la recordaba 
latido a latido, 
que estaba viva, 
eternamente viva, 
y que era libre, 
valientemente libre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, me encantó lo que escribiste. Me reflejé en ella, valiente, libre...precioso. Un saludo, Rachel

Dani.. dijo...

Qué lindo todo eso!!!
Un abrazo al alma poeta!!!

Dani.. dijo...

Se te extraña!!!