" Tu crees que nunca llego,
Y hasta me esperas con pasión,
herido se siente tu ego,
Al verme y entrar en razón"
Y hasta me esperas con pasión,
herido se siente tu ego,
Al verme y entrar en razón"
Los discursos que te dije
cuando callabalas reflexiones las preguntas
las respuestas y propuestas,
la herida en el confiar
que aún sin curar
volviste a trajinar
el tiempo que pasamos
insultándonos y temiendo
tu miedo a la vejez, y a la muerte,
mi evadir y escapar
mis taxis que corrían despavoridos,
para llegar a ti o irme
la dignidad perdida
en cualquier parte,
por estar juntos
la poeta ebria
el falso gitano loco,
el binomio tal cual
las lunas que he besado
yo en tus ojos, que no estaban
el denso olor a semen desbordado,
ya seco y olvidado
la historia que se burla de nosotros,
en un libro extraviado
la ropa interior que dejé en tu baño,
tus libros que ya me he quedado
el espacio que ocupamos en el alma,
de cualquier utopía que no existió
el cuadro sin terminar en tu sala,
los retratos que ya se irán
la deslealtad y los vicios acechando
agazapados con el miedo empujándolos
la batalla diaria entre nos al competir,
armados de verbo, desconfiar y el partir
tu habitación con su cartel de valentía
dado por mi, con su texto por detrás
el llanto en las esquinas del olvido,
la rabia la ira, el poco a poco no importar
la ceniza que queda en la ventana,
los despojos, mis sopladas de nariz, la orina
el hijo que jamás hemos tenido,
el no arriesgar por no saber,
que ya qué más da
el tiempo del dolor,
los vacíos, la rabia,
los golpes, las lágrimas, el odio
el gato que rompía la basura,
y reinaba al entrar,
en nuestras sobras
de algún cocinar
el pasado ladrando como un perro,
cojo y tuerto,
como la perra de tu calle,
el exilio, la dicha, los retratos, sin contratos,
el esperar cada quien lo que nunca iba a llegar
los desayunos, el desamparo, los discursos,
las proteínas y carbohidratos,
el no fumar, el no parar de hacerlo
los papeles que nunca nos unieron,
los grandes temas, el guardar y encontrar
el abrazo mullido de redención que buscamos,
y nunca encontramos, y seguimos buscando
tu nombre falso, tu cuento chino, mi cuento ruso,
mi debilidad y tu fortaleza, y la verdad era al contrario
mi cubierta del cuaderno pintada para ti,
llena de mierda cocaína y marihuana,
tu hipocóndria y manipule
tu modo de abrigarme el corazón,
y quemarlo, quemarlo tanto hasta carbonizarlo
el numero de expediente en fiscalía
que nunca ocupó detención,
la convivencia obliga
mi crear a la deriva ,
mi canción, mi verso, mi color,
tu fanfarronería,
tus mentiras, tu doble cara
tu falsedad
el bramido del viento
entre los árboles,
en alguna isla cubana,
el siempre estar,
el poder contar
el silencio que esgrimo
como un muro,
tu tanto hablar hasta marear
y yo sin refutar
con ganas de vomitar
tantas cosas hermosas
que se han muerto,
tantas cosas horribles
que también lo están
el imbécil imperio del absurdo,
de quien ganar,
no saber que, sin trofeo,
sin medallas, ni diplomas
tus oscuros devaneos de deseo
de llamar la atención,
mis oscuros devaneos
de crear y escapar
el padre que murió cuando eras niño,
el padre que me dejó y nunca más
el padrino que te cuidó y formó,
la madre y la suegra
que me recogió y enseñó
el beso que se pudrió
en otros labios,
a la espera de los nuestros
ya sin besar
la camioneta que se robó
y apareció,
la que llevo y trajo,
la que en gaveta
se quiso encomendar
la playa que habitan
ya los gusanos,
la cabaña de telarañas
en la montaña,
el paseo final
el naufragio
de esta certidumbres,
la insolación hasta llegar,
la inanición de esperar
amar de verdad
el derrumbe de mitos y héroes,
la caída de dioses,
niñas y princesas
y hasta las camioneras
no eran verdad
la oscuridad
que ya no nos repetó,
la luz que nos dejo desnudo
y en vergüenza
la cama conteniendo
el vacío, la hamaca fría,
la casa de ambos
que se nos hizo gigante
la soledad de mi
que hoy está en tu casa,
la frialdad en mi casa,
el tu ni yo, ya no está
el sexo
rescatándonos del horror,
la única tabla de salvación
que hubo en este mar a la deriva
el grito quebrado silente,
la madrugada fría,
el mediodía caliente,
el susurro estruendoso
el amor como un rito
en torno al fuego,
esperando, que lentamente
vimos apagar
el insomnio, la dicha,
las colillas, la taquicardia,
el no poder dormir,
el oírte roncar
el arduo aprendizaje
del respeto,
que nunca se aprendió,
y en una mofa se convirtió
las heridas que ya ni Dios nos quita,
amputables moradas insalvables son
la mierda que arrastramos sin olor,
seca está pero mierdas son
todo lo que nos dieron,
quitaron, y prestaron,
lo que buscamos
y encontramos
los años tan deprisa,
en agonía,
tan largos y en letargo
la película que compartimos,
las caricias,
las salidas,
los domingos de mercado
el peso que llevamos de la culpa,
de que con solo esto no pasar
hubiesemos seguido engañando
aunque muerto está
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