jueves, 17 de diciembre de 2015

Borrador de un cuento... (Sigue)


La vida se compone de luces y oscuros,  y aunque  Soluna tiene la particularidad de  estar del lado de la luz, su  vicio por lo oscuro la llevaba a ratos a estados depresivos y lamentaciones inconclusas que disfrazaba con sonrisas, golpes de genialidad, ataques de simpatía, empatía con todo el que se le atravesara, sentido altruista, y un toque bohemio intelectual que la mantenía ajena de todo lo que presumía.  Le gusta amar, y observar, y parece que nada la ofende , a todo le saca un reverso, y eso incluye los golpes de la vida,  dados por ella
Siempre sueña con el “viejo de la montaña” una especie de utopía que tiene desde adolescente,     ¡Ah por cierto!  esa es una de sus palabras preferidas “utopia” y aquí una de ella “ El viejo de la montaña”  un artista, no podría estar con otro que no lo fuera, eso es indudable, su descripción del famoso “viejo de la montaña” es la de un tipo mayor;  tiene es fascinación que debe tener algún tipo de nombre de fobia  por los “adultos mayores” un abuelito le parecía lo más sexy del mundo, pero en el fondo eso era una burla, porque su viejito, el de su pensar,  era realmente más joven que cualquiera, no de edad sino de algo que ustedes seguro   sabrán comprender.

La descripción del mismo, esta vez ya hablando no de años, ni de actitud, o sea viejo y artista, tiene que ser luz, si, si así lo describe, un viejo que pinte  desnudo, que le haga el amor a todo lo que toque, o sea el viejo era cocinero, fontanero, pintor, poeta, escultor, su escudo y su lanza, semental, algo utópico definitivamente.  (Continuará) 

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